Propuesta

Sin querer que este se vuelva un espacio de discusión política, encuentro inevitable este tema, teniendo tan cerca las elecciones presidenciales. Hay tanto que decir sobre lo que sucede, los que se candidatizan, los que candidatizan. Comienzan a surgir las dudas, porque todos prometen algo diferente. La señora Nelsa Curbelo escribió un interesantísimo texto en diario El Universo el día de hoy. Lo transcribo, a ver si así se divulga más la idea y alguien la toma en cuenta.

La cultura del debate siempre nos pone ante posibilidades sin matices. Es una cosa o la otra. Tiene razón una persona y la otra se equivoca. Gana el debate quien logra vencer con argumentos, amenazas, gestos o miradas a su contrincante. Los asientos se colocan de manera que las personas estén frente a frente en posición de beligerancia. A veces la preparación de la discusión se realiza de tal manera que se toman las medidas para que los que van a debatir no se encuentren en momentos previos, dialoguen y se pongan de acuerdo o se miren con simpatía.

En la televisión y la radio el enfrentamiento es sinónimo de espectáculo.¿Cómo lograr entonces consensos tan necesarios para que el Ecuador pueda encontrar el rumbo que necesita para los próximos años?

En vísperas de elecciones, la apatía general, la dificultad para hacer binomios, la falta de alegría para encarar un proceso eleccionario muestra que estamos ante una situación que requiere el esfuerzo de todos.

Ninguno de los candidatos puede tener todas las soluciones o propuestas necesarias para impulsar un proyecto país. Sin embargo, ninguno de ellos dice: Si yo gano las elecciones, tal propuesta de mi contrincante la considero válida y la impulsaremos. Los candidatos conocen más que nadie el país, lo recorren palmo a palmo en sus visitas proselitistas, saben de la pobreza y necesidades de la gente. ¿Cómo utilizar esa experiencia y sumar esfuerzos en una propuesta común? ¿Cómo entender que todos somos parte de un sistema y que nadie es dueño de la verdad, que es necesario buscar los puntos de vista diferentes, incluso los opuestos, para tener una visión más amplia de la realidad y un accionar más adecuado a ella? ¿Cómo pasar de un punto de vista individual a un “yo” colectivo? ¿Cómo pasar del éxito de muchos gobiernos locales al logro de todo el país?

¿Sería posible que los candidatos y sus binomios se encuentren en un lugar, bello y aislado, sin teléfonos celulares, televisión, radio ni prensa escrita, ni nada que los conecte al mundo exterior durante unos cinco días, uno de los cuales sería para estar a solas en medio de la naturaleza, de manera a callar todo el ruido interior, y luego, sin títulos y llamándose por sus nombres, pudieran compartir sus preocupaciones, esperanzas, angustias y propuestas sobre el futuro del país que quieren contribuir a forjar? Apoyados por un grupo que facilite el encuentro y permita escuchar las preguntas que no agradan, sin miedo a las consecuencias ni a la opinión pública.

Quizás la posibilidad de escucharse con empatía, dejando de lado la convicción de que se es mejor que los demás o se tienen las fórmulas que los demás ignoran, podría significar años de avance para el país. A decir de Mijaíl Gorbachov, sería ingenuo pensar que los problemas que plagan actualmente la humanidad pueden resolverse con medios y métodos que se aplicaron o parecieron funcionar en el pasado.

Cuando se está en alerta roja, todos se unen; ni un paso atrás fue la frase que movilizó al país en momentos de peligro. Después de una catástrofe vivida conjuntamente, los sobrevivientes se hacen amigos y comentan juntos lo vivido.

¿No habrá que considerar al país como si estuviera en guerra?

Guerra de la pobreza, de la inequidad, de la apatía, de la corrupción, de la inseguridad, de la falta de credibilidad en los servicios públicos estatales, en la justicia.

¿No será el momento de que los candidatos, que se supone quieren de buena fe gobernar el país, aúnen esfuerzos para juntos tener respuestas en acciones a los problemas que nos aquejan? Y que nos permitan en las elecciones elegir no entre lo menos malo, sino entre lo bueno y lo mejor…

Si desean contactarla: nelsa@telconet.net