Y todo comienza con la actitud. Simplemente no contagiarse del mal humor de los otros, y ser feliz. Mi ejemplo claro está en que ahora, cuando mi esposo se queja de su "mala suerte", en lugar de decirle los motivos por los que debería estar agradecido, se los demuestro. En lugar de ofenderme porque no me está diciendo que soy lo mejor que le ha sucedido, le hago cariñitos, porque en el fondo lo que está pidiendo es amor. En lugar de enojarme porque mis ideas y sueños le parecen absurdos, los sigo planificando y le dejo la decisión si quiere unirse a la diversión. Esto realmente no es difícil de hacer cuando entiendes que Dios nos dió vida para disfrutarla. PURO AMOR!
Puedo decir que al principio se sentía un poco la incomodidad de que no estemos en la misma sintonía, pero es cierto que la luz supera a la oscuridad, y para estos días creo que el que se está contagiando es mi esposo. No puedo esperar por todas las otras bendiciones que el Señor tiene preparadas para nosotros!
Hemos pasado de "esos sermones que escuchas dan consejos que no funcionan, es pura basura!" a "dejame buscarte uno en youtube para que lo escuchemos mientras desayunamos". Es o no es la mano de Dios?
Para esta semana ya comenzamos a tener pedidos "navideños" de galletitas y cakes estilo francés. He tomado de vuelta el emprendimiento como si fuera mío, orando para que mi esposo quiera participar y se contente un poco, de todas formas siempre es mejor tener las manos y la mente ocupadas. Ya voy a subir fotos de lo que hagamos.
Les deseo una buena semana, y que Dios bendiga todos sus emprendimientos.
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