Mi martes sin queso

Estuve a punto de deprimirme. Entre el precio de un corte de pelo y las goteras en el departamento justo en 2 días de tormentas, parecía normal llorar como loca. Gracias a Dios que siempre me recuerda sus promesas, y hoy me fui a clases con renovada energía.

Los martes las clases se trasladan al college Victor Hugo, que es a dos cuadras de donde vivíamos en 2011, "the room". Como Ro tiene que irse a clases también, hemos buscado la manera de que no quede atrapado en el tráfico de las mañanas y pueda salir rápidamente a la rocade, entonces yo me quedo en un redondel al pie de una panadería, y normalmente tomo una caminata suave de unos 10 minutos a Diderot; supuse que a Victor Hugo serían sólo un par de minutos más. No me equivoqué, pero la caminata no fue taaan suave.

Llegué en el tiempo justo, para que me digan que ese no era el edificio. Menos mal al llegar a la vuelta, un par de mis compañeros estaban esperando también. Resulta que la oficina administrativa del Greta (el centro de dormación) es en Diderot, y en Victor Hugo mantienen la puerta cerrada menos para quienes tienen un aula asignada. Como entrar? Llamando al profesor a avisarle que estás en la puerta. Yo me encontré con compañeros, mala suerte para los turcos que me imagino que se fueron después de ver la puerta cerrada.

Esperaba un poco la misma dinámica de la profe Flor, pero Dominique no es petillante. Así que la clase de hoy se me hizo un poco larga, aunque fue super util (que chica no está interesada en aprender a comprar en cualquier idioma?). Pasé el break con la polaca y una marroquí que se me hacen las más amigables del curso, y pensé que me había sacado la lotería para el almuerzo, hasta que una vez más me vi sola en el corredor en pleno medio día. Caminé hasta la Plaza de la Revolución, y me comí mi sanduche en una banquita mirando hacia la calle de Suzie, Lakanal street ;)

Al regreso, me quedé conversando un montón con mi amiga marroquí, lo que hace que nos esforcemos más por hablar francés, y pasamos muy divertidas el final de la clase. Momento de emprender una nueva caminata: me fui un poco más hacia el centro para quemar un poco el tiempo. El camino de regreso a la panadería del redondel, me pareció una eternidad!!! Pain aux raisins por le goûter y llegué a casa MO-LI-DA.

Mi resumen del día es super positivo, porque no hay nada mejor que ir a la cama a dormir. Digo, a dormir, no a pensar como vamos a hacer mañana, ojalá que no llueva. Tant pis! Mañana viene monsieur Martinez a hacerse cargo de las goteras.

Bonne nuit les amis!